Algo para compartir

Octubre 2023 - Los culpables

Sufrimiento mental

El tema de la culpabilidad es algo que siempre me ha llamado la atención. Probablemente porque desde mi infancia ha estado presente en mi vida. Nacido en una sociedad católica y educado en un colegio catolico, no me quedó otra que aprender a sentirme culpable desde la “tierna infancia”, como se decía antes…

Es bueno tener la experiencia directa de este fenómeno, a pesar de que no se lo deseo a nadie, ni tampoco a mi mismo. Pero al menos estamos hablando de algo que lo he experimentado y como se dice habitualmente , sufrido,  por mucho tiempo y que me ha hecho pensar bastante en sus orígenes, desarrollo y la forma en que se ha compenetrado en las sociedades desde hace milenios. He usado la palabra “sufrido” intencionalmente y no como figura literaria porque la culpabilidad se experimenta como sufrimiento mental.


Porque es un tema serio, creo que lo mejor es abordarlo sin ninguna seriedad. De este modo puedo verlo mejor y decir desde el principio, que mi infancia poco tuvo que ver con la culpabilidad. En otras palabras, he conocido personas que nunca fueron a un colegio catolico y que nunca escucharon hablar de la “culpa” y se sienten tan culpables como yo… He conocido personas de otras latitudes, de otras culturas, con diferentes lenguajes y también tenemos en común que nos sentimos todos culpables.

Nos sentimos culpables por lo que hacemos y por lo que no hacemos. Por lo que pensamos y sentimos y también por lo que no pensamos y por la falta de sentimientos. O sea, nos encontramos en un laberinto interno sin mucha salida cuando se trata de la culpabilidad.


Lo más curioso de todo esto es que nadie lo quiere admitir y cuando sucede esa ingenua admisión, uno tiene por lo menos seis personas alrededor tratando de convencernos de que no somos culpables de nada. Lo que es algo bastante reconfortante pero no ayuda en absoluto. No ayuda porque a pesar de las buenas intenciones, es falso. La culpabilidad no desaparece con raciocinios, negaciones, convencimientos, rechazos, etc. Creo que hay que ir un poco más adentro, a la raíz del problema de la culpabilidad y esa raíz es como la de los robles; es profunda y larga…


Según las historias que se cuentan, nos expulsaron del paraíso por “culpa” de Eva que se comió una manzana del árbol del bien y del mal, seducida por una serpiente. Quien sabe donde estaba Adan en todo esto, pero la historia ya comienza bastante mal. Uno de los primeros “juicios” históricos comenzó con encontrar a los culpables y siguió con los “castigos” impuestos. Los echaron a los dos del paraíso por comer manzanas prohibidas y por querer ser como los dioses - o sea por tener aspiraciones más interesantes que simplemente existir. Ni hablar del hecho que fue una mujer la culpable y “Dios” siempre ha sido “el padre”.


Desde ahí para adelante es una serie de penurias enormes y de tragedias para los seres humanos - que por lo general vienen al mundo inocentemente sin saber nada de este pasado, sin posible elección y se encuentran en este extraño predicamento…son culpables antes de haber nacido.  Además de todo esto, que resulta bastante extraño, hay un intermediario en todo este cuento y aparece en un momento clave en la historia con la intención de redimir a todos los seres humanos que ya venían con el “pecado original” a cuestas. El redentor trae un mensaje de amor, de compasión pero no alcanza a llegar a los 40 y termina crucificado por el imperio de turno ayudado por la religión existente en el lugar elegido.

Y de vuelta a toda la culpabilidad. No solo expulsados del paraíso, sino además culpables de su crucificción. Por supuesto, se explica que él murió por nuestros “pecados”, pero eso no ayuda para nada, sino que agrega un eslabón más a la larga cadena de culpabilidad que es el sustrato básico de toda una creencia, una fe y una forma de vida.


Quiero aclarar que no es mi interés en absoluto el ridiculizar la religión católica y de hecho, ninguna religión. Al contrario, intento explicarme a mí mismo cómo hemos sido adoctrinados y lo reconozco en mi primero y obviamente con muy pocos detalles y en una forma que puede verse como sarcástica, pero no lo es. Trataré de explicarlo a continuación.


Esta historia es muchísimo más complicada y lleva en esta forma miles de años en vigencia. Es importante, al menos desde esta perspectiva, entender que la culpabilidad en general está asentada en nuestra civilización y es completamente independiente de sus orígenes religiosos- si es que los hubo - considerando que el código de Hammurabi existía mucho antes de todas las religiones mencionadas. La culpabilidad se desprendió hace tiempo de sus orígenes pero sigue enclavada en nuestra reglas sociales, en los conceptos jurídicos, en lo que se considera “correcto” e “incorrecto” y en las formas más comunes de la aplicación práctica de las leyes que rigen a la humanidad.


La llamada “ley” se preocupa claramente de aplicar “justicia” y no hay tal justicia sin encontrar “culpables”. Los acusados por las leyes son enjuiciados y condenados (o absueltos) por los jueces que a veces es un magistrado y en ocasiones es un jurado compuesto por varias personas que deciden la culpabilidad o inocencia del juzgado. Todo esto funciona en todas las sociedades con el objetivo de aplicar justicia de acuerdo a las leyes del lugar. Las leyes cambian pero no cambia el sistema de justicia. No importa cuanto las leyes cambien, los culpables siguen siendo condenados. O sea, no existe un sistema de justicia sin culpabilidad. Esto que digo es así y no importa si uno está de acuerdo o no. Sin culpabilidad, sin castigos, sin juicios y sin confesiones se nos derrumba inmediatamente todo sistema judicial y cívico. Da bastante que pensar considerando todas las ramificaciones y consecuencias de todos estos enredos pero sin meternos en eso - que nos llevaría demasiado lejos, es evidente que los sistemas de justicia están basados en el “bien” y en el “mal” de acuerdo a lo que se considera bien y mal en el momento histórico en que se vive. 


No creo que sea posible cambiar este sistema y no parece necesitar de ningún cambio, pero pienso que es interesante ver cómo opera en uno y como esa culpabilidad que no se sabe de donde viene, empieza a dictar mi comportamiento y ahora me siento culpable y no satisfecho con mi culpabilidad empiezo a encontrar a otros culpables. Nos repartimos la culpabilidad pero nada importante se transforma en nosotros.


Creo que el único antídoto para la culpabilidad es la responsabilidad. Este es otro tema largo y complicado por todas las interpretaciones que existen alrededor de los significados del “ser responsable”. Para hacerlo simple, me refiero únicamente a la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos en relación a la culpabilidad.  En 1981, en Sri Lanka, Silo dijo lo siguiente: Hoy nosotros decimos: deja por primera vez de buscar culpables. Ojalá se pueda declarar que no hay culpables y se establezca para todo  ser  humano la responsabilidad de reconciliarse  con  su  propio pasado.”


Es una propuesta profunda, sencilla y algo que se puede efectivamente hacer si se sigue la línea de acción propuesta. 

Si busco dentro de mí eso que me hace sentir culpable y trato de reconciliarme conmigo mismo, con lo que sucedió y con aquellos presentes en ese conflicto, es un paso adelante, es un paso que abre mi futuro. Es un comportamiento responsable en donde mi respuesta es internamente integradora y pretende superar la venganza, el resentimiento, la retribución y la auto degradación. En la verdadera reconciliación no hay perdones ni olvidos. En esta reconciliación es importante ir a la raíz del asunto de la venganza, del temor, de la culpabilidad y de la violencia. Esta raíz no es personal, es cultural y como ya hemos dicho, tiene sus orígenes en un pasado bastante remoto. De hecho el código de Hammurabi, antes del judaísmo, antes del cristianismo e Islam, es el comienzo de toda esta historia y por eso mismo esa raíz es larga y conviene estudiarla detenidamente y este estudio se basa en un principio universal que dice: “Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz y no cuando quieras resolverlos.”



ILUSTRACIÓN DE RAFAEL EDWARDS


Septiembre 2023 - Sobre el Arte

Estoy interesado en el arte. Sí. Me interesa el arte pero desde una perspectiva o punto de vista y esta perspectiva se puede resumir de la siguiente manera:

“El arte como medio de expresión humana”

No me interesa la producción artística.

No me interesa definir “Arte”

Ciertamente no estoy interesado en nada remotamente conectado con la “creatividad artística” o el “proceso creativo” en el arte.

El hecho de que no me interesan esos aspectos no los hace menos importantes o valiosos. Tienen su valor y significado, pero no sería honesto si digo que los puedo incorporar.

Si el arte contribuye a la expresión humana, entonces es valioso y significativo, para mí. Si el arte contribuye al desarrollo social, entonces es valioso y significativo, para mi.


¿Por qué me interesa la expresión humana y porque me interesa el desarrollo social?


Porque soy un ser humano inmerso en un mundo de otros seres humanos. Nuestra existencia temporal y espacial es conocida por mi como “experiencia”. Estoy vivo (aparentemente) y lo que hago con mi vida es importante. Mi existencia, así como la existencia de los demás, está fuertemente condicionada por una multiplicidad de factores que no analizaré en este escrito y probablemente será suficiente mencionar los siguientes:

Todos venimos a este mundo sin la capacidad de elegir y es así como nacemos en un lugar de este planeta que no elegimos, nacemos en una ciudad, pueblo o región no elegida, en un contexto cultural no elegido; en un contexto social no elegido. Nacemos en una familia con un nombre y apellido que es dado. En suma, nacemos condicionados al máximo en una circunstancia temporal y material dentro de un momento histórico/cultural particular en el que sucede.


Mi existencia no es única. Es una existencia experiencial compartida. No hay nada demasiado único en mí, excepto la ligera diferencia en las características del cuerpo en comparación con otros seres humanos. Aparte de eso, además de una gran ilusión de singularidad, soy como todos los demás.


Como ya no me percibo como único, tampoco creo más en la “singularidad”, especialmente cuando se menciona en torno al tema del Arte.


Antes del Renacimiento, la producción artística era un quehacer anónimo. Era un esfuerzo social y no individual. No se asociaban firmas ni nombres con la producción artística. El arte era una actividad colectiva y tenía una expresión y una intención diferentes.


No tengo suficiente comprensión o datos para explicar por qué, pero puedo percibir que nuestra arquitectura, pintura, música, etc. pasó de ser una expresión de la sociedad en su conjunto a una en donde se puso énfasis en el individuo. Probablemente porque la actividad realizada no tenía nada que ver con la individualidad, con eso que se fue haciendo cada vez más fuerte con los siglos venideros. El anonimato fue degradado y el esfuerzo social se volcó hacia el individuo. Llegamos al siglo XXI y mucho de lo que percibo artísticamente está en ese contexto de la expresión individual.


Entiendo que es algo sumamente fuerte porque es el sistema en que nacemos - como es explicado anteriormente - es el condicionamiento social, cultural, regional y planetario en que estamos inmersos. Dicho de otro modo, es el medio ambiente en el cual nos desarrollamos y adquirimos lo que nos constituye como individuos con las características ineludibles de ese medio. Y en estas características de las sociedades actuales, el individualismo y la creencia en los individuos está a la base de todas ellas. 


En mi proceso personal valoro los esfuerzos conjuntos. Me dejan un registro muy especial de una suave alegría y de complementación. Por supuesto puedo concebir producciones artísticas que no estén en esa franja, sin embargo, me parece interesante todo lo que es colectivo por la dirección que tiene y a lo mejor en un futuro no muy lejano el quehacer artístico se desarrollará a través de las actividades conjuntas.


En algunas producciones artísticas se plasman a veces los mejores intentos humanos y muchas veces coinciden estos intentos con búsquedas supra personales, con intuiciones de otros espacios y tiempos, con concepciones que se alejan a veces dramáticamente de lo que es impuesto por el momento histórico, con elaboraciones que tienen resonancia con lo que no es individual, sino más bien colectivo. Más o menos eso es lo que pretendo comunicar cuando me refiero a la dirección que puede tener el arte.


Varios años atrás, a principios de este siglo, un grupo de amigos y amigas creamos un colectivo cultural y artístico que lo llamamos “Antoja”. Hicimos muchas presentaciones, retiros, conversaciones, producciones conjuntas, etc. pero nos complicamos con la imagen del colectivo y después de algunos años decidimos disolverlo. Siempre he tenido la impresión de que a pesar de tal disolución en el 2005 mucho de lo que se hizo colectivamente y muchos de los intentos más interesantes en llevar lo “artístico” a un nivel más allá de lo personal, sin “despersonalizarse” fue algo importante, distinto y muy querido. 


O sea, producir individualmente en un contexto grupal, en una dirección similar , con una perspectiva global y un sentimiento humanista profundo. Pienso que ese primer intento no ha sido en vano y ha quedado como un peldaño en el proceso de sacar el arte del contexto individualista y personal en que ha estado por siglos y llevarlo a una esfera comunitaria, colectiva y definitivamente en una dirección que refleja lo espiritual y social complementariamente.


Hablo de lo espiritual en un sentido muy amplio y no necesariamente religioso. Es casi imposible en esto que afirmo del arte no tener experiencias de gran inspiración y también es casi imposible no ver que históricamente mucho de lo construido artísticamente ha sido el producto de la inspiración. Esa inspiración es la que saca al artista del mundo convencional y a veces profundas revelaciones interiores aparecen conectadas como están con lo intuitivo y lo que va más allá de lo que percibimos con los aparatos sensoriales y estas producciones se plasman en lo que conocemos como poesía, pintura, música, teatro, ensayo, escultura, etc. 


Casi me atrevería a decir que lo sagrado se puede expresar a través del arte que es concebido más allá de lo individual y paradojalmente transforma al individuo a su vez.


Quizás lo más importante en todo esto del arte es también lo más sencillo y lo más obvio. Se puede resumir en una corta frase de respuesta a una pregunta.

Pregunta: “Y para que todo esto?”

Respuesta: “Es un intento mas en establecer una comunicación…”



FOTOS DE RAFAEL EDWARDS


Agosto 2023 - Unidad

El asunto de la unidad, de lo unitivo es un tema extenso cuando se lo trata de forma intelectual y es mucho más sencillo cuando se lo puede experimentar. ¿Cómo puedo entonces experimentar esta unidad interna que aparece a veces tan elusiva?

No es algo que se pueda explicar bien, debido a la naturaleza de lo que se experimenta pero puedo tratar de definir algunos aspectos que la hacen posible como experiencia. El lío con todo esto es casi siempre referido a las expectativas que se forman de manera inconsciente alrededor de las palabras usadas, al mismo tiempo que esas mismas palabras pueden aclarar mucho el tema en sí. Muchas veces nos referimos a nosotros como “uno” - “uno se levanta y toma desayuno”, “uno se enoja”, por ejemplo. La palabra “unidad” tiene también significado externo. Se la considera como un “todo”. Se habla de la “unidad básica”, de la “unidad de fomento”, de la “unidad de los pueblos” (a pesar de que no existe), etc.


De un modo u otro, lo que percibimos como unidad tiene características que nos dan la sensación de tranquilidad, de orden, de paz, de armonía,  de un todo, de originalidad ( a veces), etc. pero no siempre caemos en cuenta de un aspecto casi determinante que no aparece en las descripciones y tiene que ver con la relación con el medio. Ninguna de esas palabras y sensaciones existen separadas de nuestra interacción con el mundo. En palabras más simples, sentimos o no sentimos unidad interna cuando hacemos algo. Es en el hacer, en la acción, que nos damos cuenta de lo que sentimos. Es en la interacción con otros seres humanos donde verdaderamente podemos registrar la unidad o falta de unidad interna.

Esa acción se la considera “válida” si logra producir el registro de unidad y la validez no está dada por una moral, una religión, una ética o una regla social. Tiene poco que ver con lo epocal, a pesar de la enorme influencia que ejerce sobre cada persona.


El registro de la acción válida es aquel que se experimenta como unitivo; es aquel que da al mismo tiempo sensación de crecimiento interno, y es también aquél que se desea repetir porque tiene sabor de continuidad en el tiempo. 

Visto de otro modo, la acción válida no es circunstancial y no es temporal. Funciona por repetición, por gusto y se proyecta en el futuro. Y eso, además de producir unidad interna, produce acumulación de actos dentro de uno.


En el lado opuesto está lo que no es unitivo y como se experimenta, cómo se siente eso, es muy parecido a estar dividido internamente. La división interna entre polos de tensión produce lo opuesto de la unidad, o sea la contradicción. Uno lo experimenta como confusión, como desequilibrio, a veces como irritabilidad, otras veces como decepción, muchas veces como estrés y así siguiendo.  Es bueno notar que todos estos registros son mucho más fáciles de experimentar que los de unidad interna.


Se podría decir que en mucho de lo contradictorio está presente el sentimiento de que a uno “le falta algo”. Y se expresa en frases o pensamientos silenciosos como: “No tengo suficiente…”; “Si tuviera…”; “No me gusta ser tratado así…”;”No es mi culpa que…”; etc. La carencia o lo que “no es” casi siempre está presente. O sea el prisma con que se percibe a uno mismo, a otros y al mundo que me rodea es negativo o carencial. Peor aún, cuando “obtengo” lo que soñaba con tener, no dura mucho esa felicidad tan buscada y vuelvo nuevamente a imaginar un nuevo deseo. La contradicción se nutre del deseo y de lo que imagino que no tengo.

Lo unitivo o la “felicidad creciente” (la felicidad estática no parece existir), el acuerdo con uno mismo son posibles cuando hay menos deseo, menos sufrimiento y por sobre todo cuando mis acciones en el mundo terminan en otros y no en mi.


Creo que es importante mencionar el hecho que el deseo produce contradicción y sufrimiento, no significa que uno no tenga deseos, sino que lo adecuado es ir disminuyendo, “elevando y purificando” el deseo. Muchos de los impulsos que tenemos pueden ir en una dirección unitiva si los empujamos en esa dirección, si los vamos convirtiendo y depurando. Después de todo, se empieza siempre con lo que uno tiene, de otro modo quedamos atrapados en el exitismo y en la carencia.


FOTO DE RAFAEL EDWARDS


Julio 2023 - El Dinero es Todo

En 1998 escribí una novela bastante autobiográfica e indudablemente aburrida para prácticamente todo el público ya que el interés mayor que en ese momento tuve, no fue el de escribir sino el de tratar de entender mejor lo que me había sucedido en mi vida. Creo que de alguna manera lo logré ya que adquirí una perspectiva distinta sobre los acontecimientos de mi vida y eso siempre es bueno. Uno de los capítulos fue titulado “El dinero es todo” y la verdad es que al leer el capítulo nuevamente, no se entiende muy bien porque le puse ese nombre ya que no es algo explícito sino sugerido. Bien sabemos cómo funcionan las sugerencias…bastante mal por lo general.


Hace algunas semanas ese título ha vuelto a rondar en mi cabeza pero de una manera distinta de hace 25 años atrás. Esta vez no es tan vago sino algo que aparece todos los días y explícitamente en conversaciones, lecturas, intercambios y especialmente cuando contemplamos el espectáculo deplorable de un sistema global en crisis. Un sistema que ha abandonado al ser humano casi por completo y el valor central, indiscutible y perversamente aceptado, es el dinero.


Todo se arregla y se destruye con dinero y esto que parece ser solo una especie de slogan medio izquierdista para los partidarios de lo político y “liberal” para los más “conservadores”, ha dejado de serlo y es ahora una realidad definitivamente asfixiante, nefasta y trae consigo un deterioro del tejido social que recién entonces estamos des-cubriendo.  Es solo la punta del témpano. Lo más significativo es que no tiene nada que ver ni con lo político o lo no político. Es un asunto estrictamente ético pero hemos sido enseñados a pensar que lo ético corresponde casi a lo religioso, de manera que nunca vemos las raíces de los problemas. Nos quedamos en las superficies que solo aceptan etiquetas, descripciones dudosas o frases hechas correctamente aceptadas y sin ninguna profundidad.


No hay ética que valga sino se toma en cuenta al ser humano. Es precisamente el ser humano el que puede crear, aspirar y construir una ética a su servicio y no al revés. A pesar de todos los esfuerzos hechos por imponer una ética a través de la historia, esos esfuerzos han sido en vano. Precisamente porque lo ético no es algo impuesto, no puede venir ni de lo alto o  de lo bajo, sino de los seres humanos en relación recíproca con otros seres humanos. Quiero decir que una ética solamente funciona cuando proviene de una comprensión sencilla que lo más importante es el ser humano y eso que digo se registra verdaderamente cuando el trato que doy a otros es el trato que yo quiero para mi. Este valorar al otro como si fuera uno,  es la base de una ética al servicio de la humanidad.


Si lo ético ha dado nacimiento a los “derechos” con todas las complicaciones y virtudes del caso, es significativo si esos “derechos” comienzan y terminan en los individuos. Desgraciadamente no es así. El sistema socio económico en que vivimos considera los “derechos” simples de las personas mucho menos de lo que considera los derechos de una corporación o negocio cualquiera. Todo esto que se lo llama “libre mercado” en términos económicos y está basado en el concepto de “competencia” que da libre entrada a la explotación de los que detentan el capital y los recursos, está a punto de desintegrarse porque no da respuesta a los problemas de las sociedades de hoy y está en franco deterioro, especialmente en las nuevas generaciones. Si existieron en su momento algunos beneficios de este sistema económico, hoy en día no existen. No puedo alargarme en paginas y paginas explicativas de como este edificio economico se esta derrumbando pero creo que es bastante evidente para todos que el desempleo, la violencia física, la drogadicción, la falta de techo y salud en sociedades supuestamente “avanzadas”, la sensación generalizada de inestabilidad y peligro, la imposibilidad de cuidar el medio ambiente, la desigualdad enorme entre ricos y pobres, son la evidencia que este sistema ha fracasado rotundamente.


Los fracasos son positivos si se los reconoce como tales. Dan la posibilidad de entrar a una nueva etapa. Si no se los reconoce, entonces son destructivos y generan todo tipo de violencia. Está por verse cómo enfrentaremos esta crisis pero sin duda alguna y siguiendo la mecánica de la historia brillantemente presentada por el filósofo Ortega y Gasset, serán las generaciones que en este momento están sin acceso al poder las que decidirán estas cuestiones. Es posible que un nuevo paradigma aparezca. Es posible que una nueva ética aparezca y desplace la competencia en favor de la colaboración. Es posible que mis derechos empiecen y terminen en los derechos del otro. Es posible que lo comunitario tenga un valor más profundo que lo individual. Es posible que las corporaciones desaparezcan y den paso a las cooperativas. Es posible que el trato que demos a otros  será de acuerdo a cómo queremos ser tratados.


De hecho, todo es absolutamente posible si hay una transformación interna en los individuos y verdaderamente se construye una sociedad a partir de lo que nos hace verdaderamente humanos. Nada de esto se puede imponer. Necesita nacer, crecer y desarrollarse a partir de un centro de gravedad que es interno y que corresponde a todo ser humano. Es un centro de gravedad que tiene como valor central -- o sea ético -- el tratar a los demás como uno quiere ser tratado. Es a través de esta acción y registro verdadero que se comprende lo divino, lo sagrado, lo ético y todo aquello que se busca fuera de nosotros, sin darnos cuenta que en realidad está adentro y presente en cada individuo que nace en este planeta. Cuando seamos capaces de reconocer todo esto, es cuando se puede producir una ruptura histórica y construir un mundo nuevo en base a lo que nos hace verdaderamente humanos.


Este reconocimiento es accesible a todos sin distinciones de ningún tipo y si se hace un pequeño silencio interno, puede expresarse en el mundo en que vivimos.

El dinero es solo un instrumento y como tal puede ser usado de muchas formas. El uso y abuso que se le ha dado especialmente en el siglo anterior y en el que estamos, nos ha llevado a la crisis -- que muchos no ven ni quieren ver -- pero que indudablemente se está manifestando y seguirá manifestándose hasta que se produzca verdaderamente esa ruptura histórica de la cual hablábamos en donde todo poder de uno o más seres humanos sobre otros seres humanos sea abolido. “Cuando se elimine socialmente la posibilidad del ejercicio del poder del hombre sobre el hombre, las generaciones cesarán en su milenaria lucha, para ejercer únicamente el poder sobre la naturaleza. Ese será el momento de la ruptura del encadenamiento histórico” ** y una nueva “forma” de relación aparezca y sea efectivamente el centro de gravedad de una nueva civilización.


Me parece importante aclarar que el “poder sobre la naturaleza” es el poder de la protección y no de la extracción. El medio ambiente -- o naturaleza -- al ser parte intrínseca nuestra, necesita del mismo cuidado que nuestro cuerpo necesita. Si hasta ahora hemos contemplado el suicidio con una angustia inexplicable, no es diferente a la forma que se ve al medio ambiente. Y esto es así porque la estructura ser-humano-medio es indivisible. La estructura humanidad-planeta es igual. La estructura sol-sistema planetario, lo mismo y así siguiendo. Nada existe en el vacío, nada existe por sí mismo. Toda existencia está en relación dinámica con otras existencias de diferente constitución y magnitud. La posible armonía entre existencias produce las mejores condiciones para cualquier desarrollo, pero esto es un tema para otra divagación. Por ahora, “el dinero es todo” y todo esfuerzo por una situación distinta, empezando por nosotros mismos y el trato que damos a otros, podría en definitiva cambiar esta ecuación desproporcionada en que nos encontramos. Esto tan sencillo se llama verdadera Solidaridad y es la contrapartida al egoísmo, el aislamiento, la competencia, la explotación, la desconfianza, la discriminacion y el abuso. 

Veremos…


** Exordio del Poder Joven


ILUSTRACIÓN DE RAFAEL EDWARDS

Junio 2023 - Intuición

Contemplando el jardín en una mañana de primavera hace unos días atrás, súbitamente tuve la impresión de que todo lo que estaba viendo estaba organizado perfectamente. A pesar de la diversidad enorme entre todas las plantas, las flores, los arbustos, los árboles, etc., todo crecía y se multiplicaba en un orden hermoso, armónico e inspirador.


Entonces me tuve que preguntar si lo que yo veía era así como se me presentaba, o era mi conciencia la que organizaba todo de esa forma. En otras palabras, todo ese orden tan armónico e inspirador estaba en la naturaleza misma del jardín o era yo el que lo percibía de esa manera.


No me di ninguna respuesta inmediata porque en ese momento me pareció más adecuado seguir preguntando. Las rosas y casi todas las flores que estuve observando crecen desde un centro hacia afuera, pero tanto “el centro” como “el fuera” son conceptos que existen en mi conciencia y a lo mejor en otro mundo no existen ni los centros ni el adentro, el afuera, el espacio, la noche, el dia y todos los otros miles de conceptos que me hacen tener una visión de lo que está “en” mí y “fuera” de mi. Peor - o mejor - aún,  como puedo saber con certeza de que verdaderamente existe un afuera y un adentro si todo lo percibido por mis sentidos está siempre configurado por lo que he aprendido y por lo que recuerdo.


Seguí preguntandome y me di cuenta que el preguntarse simplemente es algo que normalmente no hacemos. Estamos tan condicionados a responder que me sorprendí de esta forma de estar en el mundo (por decirlo de alguna manera) y de comprender aunque fugazmente que en realidad estaba teniendo una experiencia muy sencilla de “apercepción” - como se llama a este fenómeno de caer en cuenta que todo lo que percibimos a veces puede incluir al que percibe. Entonces uno escucha una música, o ve una flor, o una fragancia es percibida y al mismo tiempo uno se da cuenta que está percibiendo todo eso. Al hacer eso intencionalmente - el percibir a través de los sentidos al mismo tiempo que uno se “percibe a sí mismo”, es interesante porque produce en uno una sensación de estar presente que supera lo habitualmente conocido como “estar presente”. 


Así, sumido momentáneamente en esta sensación de real presencia, también tuve una intuición. Además de todo este entendimiento sobre los conceptos y el mundo que me rodea, tuve la intuición de que verdaderamente hay un orden en todo lo existente. Uno tiene intuiciones, o como se llamen estas experiencias, de todo tipo y en general no pasan de una expectativa, de un adivinar algún evento del futuro, etc. y esta vez se me presentó de manera distinta. De cierta forma en que al estar comprendiendo mi relación con el mundo, se dio esa intuición que no era algo exacto sino más bien un sentir difuso pero cierto de que todo tiene  un orden, una dirección y un sentido…incluyéndome.


Esa estructuralidad (así se refiere mi amiga Isabel a este otro fenómeno), no explica la inclusión de uno mismo en el acto de percibir sino la inclusión de los opuestos que existen en lo percibido. En otras palabras, el adentro y el afuera son parte de una estructura indivisible en su verdadera esencia. Existen como conceptos separados porque necesitamos entender y nombrar lo que percibimos y si, se manifiestan de forma separada pero no existen verdaderamente así. Esa existencia estructural de lo percibido a veces se revela y es cuando tengo esa comprensión más profunda que existe algo más allá de lo que percibo porque de otro modo no podría explicarme la intuición de que eso existe. Este fenómeno llamado “intencionalidad” * fue parte de la enseñanza escolástica de la edad media y reflotada en el siglo XIX  por el suizo Brentano ** y explica que en todo acto de conciencia existe una intencionalidad referida al objeto pensado. Uno no solo piensa, sino que el pensar es siempre sobre algo y ese algo es un “objeto” para la conciencia. De este modo el acto de pensar y el objeto pensado pasan a ser una estructura llamada “acto - objeto”. Para la conciencia esto de los actos y los objetos es importante porque explica su funcionamiento, sus mecanismos y sus posibilidades de trascender estos mecanismos y en esa posibilidad aparece una nueva forma de ver al mundo y de estar en el mundo. Todo esto que torpemente trato de explicar a partir de una simple observación, fue magistralmente expuesto en una serie de tres conferencias dadas por Silo en el año 1972 en Argentina y Chile. Se llamó a esas conferencias “Meditación Trascendental” *** y ha sido para mi uno de los hitos más importantes de mi vida porque abrió una puerta  a temas que nunca imagine podrían ser tan profundos espiritualmente hablando.


De hecho, el concepto simple de “estructura” es algo que tiene un alcance espiritual insospechado cuando es solo un concepto, pero en su aplicación práctica en el mundo de los seres humanos, revela una dimensión mucho más amplia en donde los opuestos se reconcilian y todo lo existente se ordena en un sistema que lo comprende todo. Esto no es menor, especialmente cuando el derivado más importante se expresa a través del principio de solidaridad que invita a tratar a los demás como uno quiere ser tratado y de ese modo uno se libera. O el principio de conformidad que explica que si el invierno y el verano, el día y la noche, están bien con uno, entonces hemos superado las contradicciones. Y finalmente (para hacer este escrito breve) el principio de negación de los opuestos: No importa en que bando te han puesto los acontecimientos, lo que importa es comprender que no has elegido ningún bando.


Volviendo al jardín de las flores y plantas, volviendo a esa observación simple de la naturaleza y volviendo a esa intuición de que existe un orden que lo comprende todo al mismo tiempo que me doy cuenta de todo eso, tengo que seguir estas intuiciones porque ellas tienen el poder de acercarme a una comprensión del mundo que es inspiradora y en un cierto sentido, una fuente de reflexión que la considero como insustituible.


Finalmente - a pesar de que no hay ningún fin en todo lo que digo, caí en cuenta que esta intuición a la cual había accedido es algo que no me pertenece en absoluto, sino más bien, algo que pertenece al género humano cuando las compulsiones se aquietan, el ruido interno se acalla y esa sensación de estar presente en el mundo se acentúa.

Es en esa especie de silencio interno que estas intuiciones se manifiestan. Un silencio interior que también pertenece al género humano y que gracias a él, la posibilidad de adquirir nuevas perspectivas es posible.


   https://es.wikipedia.org/wiki/Intencionalidad

**    Franz Clemens Honoratus Hermann Brentano (Boppard, 16 de enero de 1838 - Zúrich, 17 de marzo de 1917) fue un filósofo, psicólogo y sacerdote secularizadoa1 alemán, hermano del economista y reformador social Lujo Brentano y sobrino del poeta y novelista alemán Clemens Brentano y de su hermana Bettina von Arnim. Discípulo de Bernard Bolzano, defendió la tesis de la intencionalidad como rasgo característico de los fenómenos psicológicos (a diferencia de los fenómenos físicos), dando lugar a la llamada «escuela austriaca de la psicología del acto», en la que se encuadran psicólogos como Alexius Meinong o Christian von Ehrenfels, precursor de las «Gestalten» –que serían posteriormente tematizadas por los psicólogos de la Gestalt–.2​ En sentido más amplio, se habla de la «escuela de Brentano» para referirse al numeroso grupo de intelectuales que recibieron el influjo de Franz Brentano y que dan lugar a nuevas escuelas, entre los que se cuentan Edmund Husserl (fenomenología), Sigmund Freud (psicoanálisis) o Rudolf Steiner (antroposofía).3

***   Quinto paso

“Ver en la memoria la tendencia”.

La forma mental es intencional y trabaja actualizando memoria. Descubrimiento de la intencionalidad que liga actos a objetos mentales y de la acción de la memoria sobre toda la estructura acto-objeto.

Ver en la memoria la tendencia. Experimenté que toda representación y, en general, todo objeto de conciencia, está relacionado con actos. Y que las retenciones de la memoria se actualizan de continuo frente a cualquier nuevo acto que se proponga a la conciencia. Todo acto de conciencia trabaja con retenciones, actualizaciones o protensiones.

Es decir la conciencia trabaja recordando, actualizando, o futurizando. Existen innumerables combinaciones de tiempos en la conciencia. Pueden existir tiempos de conciencia “pasado-futuro” pero que yo actualizo a la vez. Por ejemplo: en este momento, ahora, recuerdo cuando era niño, qué pensaba ser cuando grande: ingeniero. ¿Observan ustedes? Combinaciones de este tipo son muy frecuentes en la conciencia. Todo acto de conciencia que se mueve en el instante presente, siempre va involucrando protensiones y retenciones. Todo acto de conciencia, aun cuando trabaje futurizando, lo hace siempre actualizando memoria. Los datos que tengo para futurizar son también datos grabados en la memoria, y la imagen del futuro que pueda tener y los proyectos que yo alimente, están basado en datos de la memoria.

 Si ustedes se imaginan el mundo del año cinco mil, de todas maneras lo imaginan con datos que tienen grabados y que ustedes combinarán de modo especial. Producirán síntesis que, claro, no se dan en la vida cotidiana de hoy mundo siglo veinte, pero trabajarán con los datos grabados en la memoria. Esta tendencia de la memoria a surgir, a completar actos, es inevitable. Y no depende de ella misma. Allí descubrí el mecanismo de intencionalidad que se manifiesta también, por sobre todo, en la memoria. (pág. 75-78 libro de M.T. - Silo).

Mayo 2023 - Vómito

Hay personas que piensan, en realidad no piensan sino creen, que las guerras son inevitables. De hecho si estas queridas personas pensaran, llegarían a la inevitable conclusión de que no solo son evitables, pero además son nefastas e innecesarias para el progreso de la humanidad. Digo que creen porque es en realidad una creencia que no tiene un asidero lógico, a pesar de los esfuerzos que se hacen por justificarlo con argumentos aparentemente lógicos. Y estos argumentos han llegado a proponer que la mejor forma de resolver conflictos entre jóvenes es darle a cada uno unos guantes de boxeo y que se peguen hasta que uno de ellos sobreviva a todos los golpes. En otras palabras, la desdichada ley natural del dominio por la fuerza o también llamado “Ley de sobrevivencia del más fuerte” - más sobre esto, en el futuro…


Esto se ha hecho sin los resultados esperados y en vez de resolver el conflicto, se agrava. El “ganador” tiene que mantener su ganancia y el “perdedor” naturalmente humillado buscará la venganza de una u otra forma hasta convertirse en “ganador” y el ciclo se repite con los roles cambiados pero con las mismas consecuencias para ambos. 


En 1929 Erich Maria Remarque, un joven alemán escribió una novela extraordinaria sobre su experiencia en la llamada “Gran Guerra” en Europa. De la novela se hizo una película en 1930 que luego fue prohibida por Hitler por el tono anti-bélico que no encajaba con su plan de conquistar toda Europa. La novela titulada “Sin novedad en el frente” es un fiel relato de lo que sucedió en el frente entre Alemania y Francia. En 2022 se hizo otra película con el mismo nombre y el mismo tema basada en la original. No soy un crítico de films ni me interesa esa parte. Lo más significativo para mi es que el lugar en donde se dio una batalla tras otra en el esfuerzo de conquistar el terreno que separaba los dos países, más de tres millones de soldados alemanes, prusianos y franceses murieron en una carnicería increíble que nunca logró avanzar o retroceder más de algunos metros en la conquista del terreno. 


La absurdidad de este hecho es tan notable que a pesar de todo lo que se ha publicitado es difícil imaginarlo. Más de tres millones de seres humanos es ya demasiado y ni siquiera estamos contando a los sobrevivientes con todo tipo de traumas psíquicos y físicos. Las cifras siempre tienen ese poder alucinante de dejarnos mudos, pero luego nos olvidamos y pasamos a otra cosa. 

Las tragedias se acumulan pero no son inevitables…


Hacia el año 2169 sucedió en este planeta algo bastante insólito. En plena calle, en una ciudad sudamericana, un personaje empujó a otro personaje y los observadores de esta anécdota, entre ellos, jóvenes y niños, todos tuvieron la misma respuesta. Un líquido verdoso, ácido y fétido salió de todas las bocas. Un vómito incontrolable se apoderó de aquellos jóvenes que observaron el percance y no hubo forma de contener el tipo de respuesta provocado por un incidente simple pero significativo e indudablemente violento. 

Alguien sarcásticamente comentó que por suerte solo fue un empujón…


En esa década de los años 50 (pero ya en el siglo XXII) muchos cambios se sucedieron en una humanidad que había logrado superar las idioteces y las dificultades de los siglos pasados y uno de los grandes logros fue la conquista de la violencia. No fue fácil ni tampoco delicado y mucho menos decoroso, pero así son las cosas en nuestra especie. 


Por muchisimas razones que no vienen al caso por la brevedad de este escrito, las generaciones nacidas en esa década “vinieron al mundo”, como se suele decir, con un mecanismo biológico que nunca había existido antes y se modificó genéticamente como una reacción visceral a todo acto de violencia física. En frente a cualquier situación de violencia física, se producía un vómito incontenible como el ya descrito anteriormente y el comentario sarcástico en realidad tenía su razón de ser.


Quizás lo más importante es que el asunto no terminó ahí. Ese rechazo físico a la violencia creó las condiciones mejores para un repudio a todas las formas de violencia que habían existido y todavía existían en esos años. La verdadera y acabada comprensión de que la raíz de toda violencia (económica, física, sexual, religiosa, etc.) estaba en el mecanismo del deseo fue también parte del circuito interno con el cual las nuevas generaciones nacieron y crecieron.


Para los ingenuos o los que protestan inmediatamente al escuchar cosas de esta naturaleza, es bueno aclarar que el descubrimiento de las raíces de la violencia no significó que tal violencia desapareciera mágicamente y que de súbito nos encontramos en un paraíso social. Fueron tiempos muy duros y penosamente el ser humano avanzó, paso a paso, metro a metro hasta lograr un cambio no solo sicologico sino también físico. Esos pasos y metros fueron tan duros como los dados en la gran guerra pero con una intención totalmente diferente. La náusea típica que se produce a raíz de la confrontación con algún elemento peligroso para el cuerpo era rechazado en esa forma. Como náuseas. Curiosamente en los siglos anteriores, especialmente antes del XX, la náusea era considerada una debilidad y en ciertos lugares era una debilidad “femenina”. Así de mal andaban las cosas en nuestro planeta.


Sin embargo, como se dijo anteriormente, llegamos dificultosamente a la comprensión de muchas cosas y a la transformación del ser humano en un ser “verdaderamente Humano” en donde la característica más importantes fue el reconocimiento absoluto de ser una sola especie y nuevamente, para apaciguar las protestas de este presente deshumanizado, es necesario entender que este proceso tomó tiempo, energía y no avanzó linealmente sino con muchos altos y bajos, con muchas “caídas” y “levantamientos”, con mucho esfuerzo, especialmente en el campo de la verdadera comprensión de quiénes somos y que lugar ocupamos en este universo.


Ese vómito incontenible fue el producto de muchos años de acumulación de ciertas formas de comportamiento que podríamos llamar “unitivas”. Ese comportamiento unitivo transformó la energía interna de aquellos que se abocaron a tal tarea y como consecuencia de las leyes físicas y de otras menos conocidas, se produjo un cambio energético y de redistribución de esa energía en un cuerpo más apto para manejar tal energía y en una lucidez interna que fue una novedad para nuestra especie.


Recién entonces tuvo verdaderamente sentido los grandes proyectos que parecían inalcanzables un siglo atrás. Recién entonces fuimos capaces de explorar el universo no solo porque logramos la tecnología adecuada y tuvimos fuentes inagotables de energía a nuestro alcance, sino también porque logramos transformarnos a nosotros mismos como especie, grupo e individuo.


Cuando dejamos de creer en la muerte, la vida se manifestó en todo su esplendor y caímos en cuenta de que era imposible “matar” y vivir al mismo tiempo, tuvimos que elegir y elegimos “vivir”. Esa elección consciente y motivada por comprensión y no por temor, creó las condiciones para el cambio en nuestra especie. Pero todo comenzó cuando dejamos de justificar todo acto de violencia y pusimos grandes esfuerzos en erradicarla en nuestro interior. No fueron necesarias las leyes, los controles, la represión,  ni nada de lo que conocíamos como mecanismos para mantener la violencia “a raya”. Fue un esfuerzo humano, de gran cuidado y reconocimiento que “toda existencia individual era posible por la existencia de otros”. Ahí empezó el camino ascendente y el rechazo a toda forma de violencia que luego pasó a ser un mecanismo biológico de protección para ese nuevo cuerpo con una nueva conciencia que comenzó a surgir en nuestro planeta.


Continuará…


FOTO DE RAFAEL EDWARDS

Abril 2023 - Peco

Es poco común crear nuevos amigos y amigas a mi edad. En general ellos y ellas han sido establecidos ya a través del tiempo, de innumerables experiencias compartidas, de situaciones similares, de intereses más o menos convergentes, etc.


Nada de eso sucedió con Peco. La conocí a través de un grupo que Rafael Edwards había formado a raíz de la pandemia en 2020 y del cual participaba asiduamente por el tipo de estudios que hacíamos y por la afinidad que existía con todos los participantes. Ella se integró un poco después que el grupo se había formado y por esas razones inexplicables, tuve con ella una experiencia de afinidad inmediata. Yo ya la conocía de nombre, décadas atrás y a principios de los años setenta, fuimos muy amigos y compinches con su hermano Tomas. 


Jamás nos conocimos presencialmente hasta el año pasado, 2022 en Abril cuando fui de visita a Chile. Almorzamos en el restaurante chino de preferencia mutua de ella y Rafa y fue un encuentro muy sencillo, con profundidad en lo que conversamos y a la vez supe de inmediato que seríamos amigos para siempre.


¿Por qué te llaman “Peco”? - le pregunté un par de meses atrás en nuestra reunión de Zoom.

Por “Pecos Bill” - me respondió de inmediato con una enorme sonrisa.

Como se dio cuenta rápidamente que no había entendido, me explico que cuando era niña, le gustaba jugar como los niños hombres y sus padres le compraron “Pecos Bill” que era el sobrenombre de los pantalones de vaqueros que los hombrecitos usaban - probablemente imitando a los vaqueros de USA.


Así, sin aspavientos Peco me dio a entender su apodo y no pude resistir la tentación de hacer más preguntas. Después de todo, ella era una persona que acababa de conocer y la pude ver en sus descripciones y en todo lo que conversamos sobre ella después de aclarado lo de Pecos Bill. Lo que más admiro de ella es esa capacidad de ser sencilla y sin proponérselo. Si algo no entendía, lo decía. Si algo le parecía bien, lo decía. Si algo le parecía mal, también lo decía sin ningún problema. Peco es y era transparente


Digo “es y era” porque ayer me dieron la triste noticia que Peco había partido a otro tiempo y otro espacio debido a un accidente automovilístico. No supe como reaccionar a la noticia. Me dieron unas enormes ganas de llorar, cosa que no he hecho por nadie que ha partido. Me dije muchas veces a mi mismo que esto no era posible. No estaba preparado para despedirme de Peco. Recién la empezaba a conocer. No puede ser…me dije una y otra vez.


Poco a poco me fui calmando pero no pude evitar el reconocimiento de que Peco se había hecho tan fuertemente parte de mi vida, que verdaderamente me sorprendió. No me sorprendo a menudo y ha sido bueno. He descubierto algo importante dentro de mí que todavía no lo entiendo muy bien pero tampoco intento entenderlo. Tengo la intuición de que va por ese lado en donde los acontecimientos y los sentimientos se encuentran y la lógica y la comprensión intelectual quedan de lado, sin poder explicar hechos al parecer tan comunes y absolutamente certeros para todos los seres humanos que han vivido, están viviendo y vivirán en este planeta. La muerte es algo seguro. Al menos la muerte de nuestro cuerpo físico, pero el saberlo no me ha dado ningún consuelo. Sentí una gran tristeza por su partida y me quedé en ese estado por mucho tiempo hasta que Fern - nuestra perrita - vino a lamerme la cara para decirme que por favor la sacara a caminar.


Salimos a caminar con Fern, básicamente porque yo lo necesitaba más que ella pero hacía frío y estaba oscuro. De súbito, las nubes se disolvieron y una luna llena hermosa y resplandeciente iluminó todo el cielo. Miré a la luna y vi a Peco sonriendo de oreja a oreja. Me hizo reír a mi también y ahí pude despedirme de ella mientras su cara me decía que todo estaba bien. Una y otra vez miré la luna y tuve la sensación de que cada luna llena que vea en el futuro, estará con la cara y la sonrisa de Peco.


Estoy seguro que para muchos Peco ha sido una amiga, madre y abuela increible y profundamente apreciada y querida. Para mi, es la última amiga que he hecho y la recordaré para siempre con su sonrisa de luna llena y sus pecos bill de niña que indudablemente quedaron en un pasado que se transformó en una mujer que además de ser madre, hija, amiga y abuela, ha sido una mensajera excepcional e inspiradora.


FOTO DE RAFAEL EDWARDS

Marzo 2023 - Nosotres

Cuando leí el trabajo de mi amiga Karen que tituló “La Ruptura” o “La Brecha” no pude dormir esa noche por el impacto que me produjo. Fue un momento de reconocimiento total, de inspiración y de un profundo deseo de proyectar esta comprensión en mi presente y futuro.


Ha sido muy importante para mi comprender todo esto, por lo tanto en ese momento solo pude escribir un poema muy sentido, pero también me di cuenta que es mucho más que eso y con el tiempo, las comprensiones y búsquedas compartidas con otros y otras sobre este tema empieza a perfilarse - al menos en mí - una sospecha que esta ruptura está en vías de ser el elemento aglutinante de una identidad que nos hace realmente ser parte de un conjunto, de un género humano y que va más allá de las definiciones clásicas. Intuyo que un “nosotres” no es solo una explicación que va de acuerdo con lo epocal sino que realmente podría  desarrollarse en una nueva forma de relación entre los seres humanos que verdaderamente vamos comprendiendo que somos una sola especie y que existimos porque otros existen.


Muy sintéticamente y en mis palabras resumo parte de lo que Karen escribió sobre la ruptura y como me ha ido afectando hasta ahora. 


En un momento de nuestra historia humana, miles de años atrás se produjo una ruptura en nuestro concepto de género humano y apareció una división que no tenía existencia previa. Aparece el patriarcado y con él se abre una brecha entre lo femenino y lo masculino que lleva a la humanidad entera por un camino de mucha violencia, de mucha imposición del poder del hombre sobre el resto y especialmente la mujer. Un periodo en donde las diosas son desplazadas por dioses masculinos y que los atributos más espirituales y esenciales también quedan desplazados por la obsesión de la conquista, de la expansión territorial y del dominio del “hombre” sobre el resto.  


Pero dejando de lado todo esto que sabemos, esos atributos, esas sensibilidades internas mentales y psicosociales, que existían durante los matriarcados originales, fueron bloqueadas y están ausentes, pero no perdidas completamente. Es necesario rescatarlas y darles vigencia universal porque esa brecha abierta en nuestra especie humana no admite continuar un proceso espiritual ascendente y de cierta forma, no permite avanzar en la superación de la venganza.


Y por eso mismo, es indispensable reflexionar en la enormidad de este concepto de que somos un solo género humano. Lo femenino y masculino son aspectos de una sola esencia. Casi me atrevería a decir que si fuéramos más cuidadosos con nuestro mundo interno, llevamos lo masculino y lo femenino “dentro de nosotros” en proporciones desiguales. Si existiera un equilibrio en esas dos fuerzas que nos constituyen como género humano, habríamos avanzado enormemente y siento que es en esa dirección que nuestro futuro como humanidad debería ir.


ILUSTRACIÓN DE RAFAEL EDWARDS

Febrero 2023 - Compulsiones

Cuando decimos que en general no elegimos, es una declaración bastante atrevida y no aceptada por la sociedad. Nos han enseñado que elegir es lo que hacemos. La sociedad nos dice que tenemos opciones y es verdad. Nosotros "elegimos" de acuerdo a nuestras compulsiones o dicho de otra manera, nuestras compulsiones eligen por nosotros. A veces, después de repetidos fracasos, podemos captar intuitivamente esas compulsiones que actúan dentro de nosotros y tenemos la comprensión de que en realidad no hay más opciones que seguirlas, o no seguirlas... Aquí es donde podría hacerse nuestra primera elección: para no seguir mis compulsiones. Y es una muy buena opción a pesar de las dificultades que se presentan porque si no sigo mis compulsiones, ¿cómo lo hago entonces? . Que puedo hacer diferente que no sea lo opuesto (por compulsión también) . 


Es un tema complicado por la cantidad enorme de supuestos que están en juego al momento en que decido "hacer algo". Estos supuestos tienen carga moral en muchos casos y uno dirá por ejemplo: "Es lo correcto y por eso lo hago" pero después, eso que era lo correcto, deja de serlo o bien deja de interesarme y busco una justificación para abandonar esa línea de acción y una nueva compulsión aparece casi por encanto y ahi la sigo y continuo repitiendo acciones y justificaciones de las acciones.


Después de darle mucha vuelta a este asunto, he llegado a una simple conclusión. Por lo general la simpleza indica lo óptimo, así que la he seguido. Puedo observar mis compulsiones, lo que no deja de ser difícil a pesar de lo elegante de la conclusión. Puedo observar con detenimiento y con más esfuerzo, puedo separarme sin justificaciones o condenas.

Esta observación con el tiempo se vuelve más y más interesante porque le quita fuerza a mis compulsiones y empiezo a verme y tratarme de modo diferente. Es una separación que me hace comprenderme desde otra perspectiva y empiezo a generar respuestas que son cada vez menos compulsivas, que necesitan cada vez menos justificaciones y en palabras simples, siento que soy más coherente, o al menos estoy en ese camino.


Febrero 2023


ILUSTRACIÓN DE RAFAEL EDWARDS

Enero 2023 - Incertidumbre

A pesar de que se puede discutir hasta el cansancio que todo es cierto o que no hay nada cierto y que a lo más, lo predecible es tal cual como se construye la palabra: decir antes de que suceda, pero sin ninguna garantía de que va a suceder, es casi imposible dejar de predecir y casi solamente basado en el hecho de que ha sucedido antes y sigue sucediendo. Así se van construyendo modelos y así se van ajustando las predicciones del futuro, del clima y de todo lo que conocemos como cíclico que curiosamente es TODO. Digo “todo” porque como simple observación, estamos inmersos en una estructura planetaria que se mueve de acuerdo a ciclos y ritmos. Y si nos abstraemos de lo planetario y solamente vemos lo que pasa en la tierra y en nosotros mismos, igual terminamos viendo todo en términos de ciclos y ritmos. 


El concepto de ciclo tiene implícito la idea de repetición y todo lo repetido es proyectado en el futuro sin mucho problema o duda. Así nos decimos que mañana existe y también pasado mañana y en unas horas más la noche caerá y luego vendrá el día. Esta tendencia a proyectar nos va dando seguridad porque es relativamente cierta pero de vez en cuando nos encontramos con sorpresas y esas certezas tambalean y aparece la incertidumbre. Por lo general la incertidumbre nos causa problemas porque no encaja en nuestro mundo predecible. Este año 2020 está lleno de incertidumbre y por supuesto van a haber muchas predicciones de todo tipo explicando el porqué de estas anomalías y los formadores de opinión y los que no creen en ellos se dividirán en partes iguales tratando de explicar y explicarse a sí mismos todo esto que no encaja y produce incertidumbre. Probablemente la consecuencia de todo esto producirá más incertidumbre aún. Después de todo, nadie realmente quiere admitir que no es posible una explicación coherente sobre todos estas transformaciones que están sucediendo en forma desenfrenada. A menos que se estudie profundamente como los cambios (de todo tipo) operan en el individuo, la sociedad y el planeta...para empezar. 


Personalmente me inclino por la idea de que no es ni importante ni acertado dedicarse a explicar lo que sucede en base a lo que ha sucedido porque si me fijo bien, estas predicciones son solo correctas si están enmarcadas en lo general y no en lo particular. Los terremotos en un lugar específico se explican por estudios geológicos, geográficos, etc. pero no por que se entiendan de ese modo, se pueden predecir. Tampoco se pueden predecir los virus y estos a veces ni se entienden bien. Ni hablar de los “estallidos sociales” y menos de los económicos. Los ritmos de los procesos todavía están en la oscuridad para los que se dedican a predecir. Enfin, tengo mis serias dudas sobre como tantos expertos en todo, están constantemente ajustando sus predicciones y olvidando las anteriores.


La incertidumbre no se resuelve con predicciones ni con explicaciones. De hecho, creo que no se resuelve a ese nivel en absoluto. Creo que lo “incierto” puede ser extraordinariamente positivo para empujarnos por caminos no recorridos y en ese proceso vamos ganando en comprensión y en verdaderas certezas que las ubico a nivel interno. Si solo hago siempre el mismo camino, nunca entonces tengo la oportunidad de aprender y de ver lo que no he visto aun. De experimentar nuevas sensaciones e ideas. Me limito y limito a otros. En cambio si veo a la incertidumbre como posibilitaria, tengo la oportunidad de ver de un modo nuevo todo esto que no siempre encaja dentro de lo predecible. Sin duda pierdo la seguridad y gano en experiencia interna. Es un buen arreglo en un mundo que cada vez más está en crisis y las viejas explicaciones no encuentran mucho eco en los oídos cansados de un mundo que aspira con ansias una renovación completa.



ILUSTRACIÓN DE RAFAEL EDWARDS